Diario de Genomia (cautivo y desarmado): EL INFAMIÓDROMO. El General Trueno

Roma traditoribus SI reddere

Roma SI paga a traidores

Brevísima introducción histórica pertinente: La historia latina cuenta la aventura de Roma y Viriato, guerrero lusitano que puso una importante oposición mediante guerrillas al avance de los romanos en la Península Ibérica entre los años 147 y 139 a. de C. El procónsul Máximo Serviliano Cepión firmó con el guerrillero un tratado de paz en el que se aseguraba la independencia de sus territorios. En el Senado de Roma, este acuerdo no fue visto con buenos ojos y Máximo fue sustituido por su hermano Quinto Servilio Cepión, quien rompió el acuerdo y volvió al ataque contra Viriato. Para derrotarle, planeó un acuerdo con tres de sus más allegados para que vendieran al líder.

La leyenda del General Trueno

Poníamos punto final a la última entrada dominical de este Diario de Genomia –que inauguraba la serie dedicada a describir EL INFAMIÓDROMO de Maracas con la semblanza ejemplar de Paulus I El Liberticida– con el vaticinio siguiente: “Continuará porque hay muchas políticas y muchos políticos ejemplares esperando turno, ansiosos por comparecer”.

Pues bien, nunca hubiéramos pensado que la floración de infamas e infamos en Genomia llegaría al punto de obligarnos a publicar una segunda entrada a lo largo de la semana. Es más, tampoco podíamos avizorar que los personajes infames procedieran de ámbitos extraños a la política que –hasta el momento- parecían respetables.

Pero, como decía el famoso filósofo ecistencialista: “la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida” y aquí estamos, precisados de glosar las aventuras del último gladiador de la infamia que no es otro que el General Trueno.

Recuerdo que este personaje nos acompaña desde que, en la entrada de 21 de abril de 2020 describíamos la deriva imparable de Genomia hacia un Estado policial. Y lo hacíamos a cuenta del primer acto infame del General Trueno cual fue su acto fallido o lapsus linguae gracias al cual el noble pueblo de Genomia se supo espiado. Lo cual no resultada en absoluto extraño teniendo en cuenta el ascenso al Centro Nacional de Infamias del apacible líder auténtico Paulus I El Liberticida, quien ordenaba la vida de las genomiesas y los genomieses desde su Palacio del Republicano Sitio de Ragapalag.  

Recuerdo que, entonces, relatábamos como, en una rueda de prensa, el General Trueno, Jefe del Glorioso Ejército Progresista del Pueblo de Genomia (GEPROPUGE) anuncio –“urbi et orbe” (como el Papa)- que el GEPROPUGE estaba dispuesto al máximo sacrificio por el Pueblo Trabajador, hasta llegar al espionaje de todas aquellas noticias, conservaciones, murmullos, insinuaciones o cualquier otro tipo de manifestación –expresa o implícita- que fueren en desdoro del Gobierno Progresista de Genomia. Llegando a dejar convertido en un juego de niños el sistema que relataba la famosa película “La vida de los otros”. Labor de inteligencia y espionaje comandada por Paulus I El Liberticida.

Relatábamos también como el programa estrella “Se busca facha” de la “prima donna” de las cadenas sectarias, 666 Te Vé desmintió los bulos contrarevolucionarios expandidos por la red que habían afirmado que se trató de un lapsus linguae, acto fallido o desliz freudiano del General Trueno porque no fue cierto que hubiera sido un acto que pusiera de manifiesto una expresión diferente e incluso contraria a la intención consciente del sujeto. Antes al contrario, se correspondía fielmente con aquella intención.

El ascenso del General Trueno

Pues bien, como en estos asuntos de la infamia rige una ley tan natural como la que sostiene que la noche sigue al día y viceversa, la traición a los principios más elementales de la dignidad se recompensa de inmediato por el poder establecido y, así, el General Trueno ha sido ascendido a Jefe Supremo Vitalicio del Glorioso Ejército Progresista del Pueblo de Genomia (GEPROPUGE).

Y, para mostrar su adhesión inquebrantable a la causa del progreso, ha tomado algunas medidas como la creación de saunas-cuartel o el despliegue, este verano que comienza, de un cuerpo del GEPROPUGE llamado “Los vigilantes -y las vigilantas- de la playa” que, armados con micrófonos multidireccionales, tomaran nota de todo comentario playero que pueda menos cavar el buen nombre del gobierno progresista de Genomia, de Petrus I el Iluminado, de Paulus I el Liberticida, de José Raul Borodo, de José Luis Sanchez Carnicero, de sus cónyuges y demás familia y en general, de todo militante o simpatizante del Partido de los Seminaristas Ortodoxos Episcopalianos.  

De banderas, insignias y banderines

Pero los méritos del General Trueno no han quedado limitados a esas iniciativas, sino que se han extendido a ubicar -como transfondo del escudo de armas del Glorioso Ejército Progresista del Pueblo de Genomia (GEPROPUGE) las siguientes insignias: la de la secta satánica de Lucifer redivivo, la del escudo de adoradores de la mariposa asiática, la enseña de hermandad de huérfanos de progenitores ignotos o el banderín de cocineras y cocineros por la sostenibilidad alimenticia. Y todo ello porque el progreso exige que el GEPROPUGE se convierta en un ejército inclusivo de cuantas tendencias se den en la sociedad de Genomia.

Y, el que tenga oídos, que entienda.

Continuará (salvo que nos cierren)