Diario de Genomia: CUENTOS INFANTILES PROGRESISTAS (CIPS) (4): El Circo de la Moncloa

Edición dominical del 18 de octubre del año del Señor -o del Maligno (¿?)- de 2020

Los que cambian su libertad por su seguridad no merecen libertad ni seguridad

Benjamin Franklin

CUENTOS INFANTILES PROGRESISTAS (CIPs)

Una semana más, atendemos al clamor de los millones de lectoras y lectoros progresistas y progresistos que nos imploran que sigamos la senda de los CIPs que venimos pergeñando, domingo tras domingo, cual Sísifos con su roca y su maldita montaña en la esperanza de que el muy noble y -¿quizas por eso?- aborregado pueblo de Genomia reaccione antes de que sea demasiado tarde. Cientos de mensajes progresistas nos relatan, emocionados, como la educación de sus hijas y sus hijos ha mejorado muchísimo con estos CIPs, que le señalan -en medio de la tormenta fascista que nos rodea- el recto camino del Progreso, la Igualdad y la Fraternidad.

Origen del Circo de la Moncloa

Erase una vez que el noble y aborregado pueblo de Genomia sufrió la peste de la China que mato a muchas ciudadanas y ciudadanos en tal cantidad que el Gobierno sectario y corrupto -pero progresista- del Emperador Pedro I El Tontilente no supo o quiso contar los cadáveres.

Pues bién, durante muchos meses el Gobierno confino y desconfinó; marcarilleo y desenmascaró a la población, cerró negocios y los abrió sin criterio médico ni tan siquiera racional alguno hasta arruinar por completo al pueblo. Y así hasta que un día el pueblo se levantó y detuvo al Gobierno sectario y corrupto -pero progresista- del Emperador Pedro I El Tontilente. Y, al no saber que hacer con tal ramillete de cráneos y cráneas privilegiados y privilegiados -que diría Max Estrella- un tribunal democrático -que no demagógico- decidió que era necesario someterlos -por su bien- a un proceso de reeducación. Y alguien tuvo la idea de instalar en el Palacio de la Moncloa un Circo en el que Presidente, los Vicepresidentes y Vicepresidentas, los Ministros y Ministras, los Secretarios y Secretarias de Estado, los asesores y asesoras, etc., etc. -así hasta un número de 666.666 sujetas y sujetos- aprendieran unas habilidades revolucionarias y desconocidas por completo para ellos: no mentir, no robar, trabajar, etc., etc.

Los cargos del Circo de la Moncloa

Lo primero que fue preciso fue nombrar los cargos directivos del Circo y, desde un principio, estuvo claro que su Director debía ser el Emperador Pedro I El Tontilente, a quien, en castigo a su vanidad patológica, se le castigo a vestir un sencillo mono azul de obrero y a decir únicamente la verdad. Ello le condujo rápidamente a una crisis de ansiedad, una baja por incapacidad temporal que derivo en absoluta y le llevó a ingresar en un sanatorio psiquiátrico en el que dicen que recorre los pasillos diciendo mentiras y tropezando repetidamente contra todos los espejos.

Le sustituyo como Director del Circo Pablo I el Libertidica, que fue castigado a ducharse todos los días (con lavado de pelo incluido), no llevar moños ni coletas grasientas, no espiar ni amenazar a los niños y niñas y a simultanear su puesto directivo con un número al que después haremos referencia, todo ello para que aprendiera a trabajar un poco.

El puesto de cajera del Circo fué para la antigua Ministra de Hacienda, Chus Oretnom La Singular, a la que ya nos henos referido en este Diario y que tuvo como castigo lograr que las cuentas cuadraran sin que los gastos superaran a los ingresos. Además de no mentir y hablar de forma que se le entendieran un poco las escasísimas ideas que cruzaban raudas su cerebro.

Fue nombrada directora de la Escuela del Circo Luzbel Aalec, quien fuera Ministra de … ¿? … Educación y quien en su juventud fue Miss Simpatía Norteña a la que nos hemos referido en entradas previas. Se le puso como castigo una excentricidad para ella: que las niñas y niños pasaran de curso después de hacer exámenes y aprobar las asignaturas.

El puesto de acomodador fue para el anterior Ministro de … ¿? … Universidades Rufino Castolls el Catalateño, visitante habitual de este Diario, a quien se le castigó obligándole a trabajar durante el inicio y el final de cada sesión, esfuerzo inédito para el sujeto en cuestión.

Los números del Circo de la Moncloa

Por razones de espacio, no podemos más que hacer una mera referencia a los números extraordinarios del Circo de la Moncloa que detallaremos en los próximos domingos con el detalle que merecen:

a) Los payasos asesinos, por Fernandito él Mascarillas y La Pequeña Salvadora.

b) El harén de las leonas, por su domador Pablito I el Liberticida.

c) Equilibrios fantásticos, por Pedrito I el tonto del espejito, también llamado el tontolente. el tontoligno o el doctoriraptor.

d) El Picador de elefantes, por José Manuel Solaba.

e) El tren de la bruja, por Carmencita la Cabra Calva.

f) Yo no soy esa ¿o ese?, número de transformismo en el que el famoso Jeque Aksalram pasa de ser un guardia de asalto a ser una hermosa princesita.

g) La mirada confusa, por Lola la Gorda Ojiplática donde hace juegos oculares al modo de un famosa y tristemente fallecida folclórica.

h) Las aves rapaces, gran espectáculo de cetrería por las Abex de Rapiña, bandada de aves carroñeras amaestradas por Pedro I El Tontilente.

Y así podríamos seguir mucho tiempo relatando los números asombrosos que ofrece el Circo de la Moncloa, pero preferimos dejando su descripción minuciosa para los domingos que vienen.