Edición sabatina
(25 de julio de 2020
Día de Santiago, Patrón de España
y Día de Patria Galega)
“Casi siempre, a las acciones de los malvados las persigue primeramente la sospecha, luego el rumor y la voz pública, la acusación después y, finalmente, la justicia”
Marco Tulio Cicerón
Con el ferviente deseo de que esta máxima milenaria se cumpla y la remota esperanza que así sea.
La recepción de Pedrito el Niño del Espejito a la vuelta de su gira artística en Bruselas
El corresponsal flamenco –del arte correspondiente y no de Holanda (aclaración pertinente por lo que se va a contar)- de este Diario nos envía una crónica de la fastuosa recepción brindada en esta semana que fenece al famoso cantaor, Pedrito el Niño del Espejito, por el plantel de palmeros y palmeras del Corral de la Moncloa (famoso tablao flamenco) con ocasión de su gira artística en Bruselas.
Obtuvo allí un éxito sin precedentes con el número mixto de danza e ilusionismo “tragando y sin papeles”, performance que se basó en mostrarse a las cámaras una y otra vez gustándose a sí mismo, pasearse como un cojo incompleto (esto es, renqueando como un vaquero de las películas del Oeste recién descendido del caballo); sonreir constantemente sin motivo; permanecer al margen del resto de los mandatarios y mandatarias reunidos sin mostrar un solo papel de ¿trabajo? y, por último, deglutir los mandatos dados en forma de acuerdos.
Pues bien, parecería normal que el famoso cantaor, Pedrito el Niño del Espejito, hubiera regresado de Bruselas con la máxima discreción, cuando no vergüenza. Pero, para evitar ese rasgo tan raro de honestidad, allí estaba su agente artístico, el también cantaor Iván el Niño del Injerto (nombre artístico que procede de la misteriosa propagación de una mata de pelo para convertir en harina todo lo que era mohína capilar). Según decimos, Iván el Niño del Injerto dio orden a todo plantel artístico de palmeros y palmeras del Corral de la Moncloa para brindar a la figura estelar de la compañía, Pedrito el Niño del Espejito, la recepción que merecía al grito entusiasta –y entusiasto- de “Presidente, has estao cumbre”.
Lo que no reflejan las crónicas de las televisiones “agradaoras”-entre las que destaca 666 Te Ve y su programa “Se busca facha” de la también artista Anita La Niña del Rebaño (así llamada por su habilidad para pastorear con enorme gracia a la masa aborregada de televidentes)- es el suceso desafortunado y peligroso acaecido a Pedrito el Niño del Espejito en Bruselas cuando se dirigía a una de las interminables reuniones celebradas en el edificio que sirve de sede artística a las instituciones de Euronia. Pues bien, el cuasi-trágico suceso acaeció cuando Pedrito el Niño del Espejito avanzaba recorriendo los pasillos del citado edificio aprovechando el paseo para ensayar, una vez más, su entrada en la sala de reuniones, aspecto artístico que cuidaba con esmero para compensar el vacío cerebral que solía lucir. Porque, entonces, comenzó a mirarse en un espejo y se gustó tanto que inició una aproximación en posición vagamente onanista a los cristales hasta chocar repetidamente contra ellos ocasionándose graves cortes en la cara que requirieron asistencia urgente de la cirujana plástica, Carmen la de la Calva, que siempre le acompaña en sus giras. Y resulta especialmente preocupante el suceso porque repite lo que sucedió en el Palacio de Versalles –y relatamos en este Diario- cuando Pedrito el Niño del Espejito actuaba con el nombre de Petrus I El Iuminado haciendo pareja artística con Paulus I El Liberticida, también conocidos como el Dúo Infame o la Pareja Nefasta.
Breve y enjundiosa descripción de las artistas y los artistos del plantel de palmeras y palmeros del Corral de la Moncloa (famoso tablao flamenco) y de sus obras
Una vez que hemos presentado la figura principal del cuadro artístico del famoso tablao flamenco, el Corral de la Moncloa, Pedrito el Niño del Espejito, sería profundamente injusto no dedicar unas líneas, cuando menos, a las más destacadas y destacados del resto de las artistas y los artistos de progreso que le rodean.
Empezaremos por Fernandito el Mascarillas, joven valor del zapateado cuyo éxito más famoso es la pieza “Ponte la mascarilla y déjame” en el que recorre una y otra vez el escenario poniéndose y quitándose un antifaz que lanza, finalmente, al público enfervorecido.
Muy cerca de él suele actuar la Pequeña Salvadora Fúnebre, artista talentosa que borda el número “Cómpreme un test, señorito”, pieza en la que aparece rodeada de comisionistas y comisionistos de su tierra que asemejan comprar y vender grandes cargamentos de test y embolsarse importantes sumas de dinero. El número es hermoso y variado porque, a los genomieses del nordeste, suele unirse un coro oriental que da mucho brillo exótico a la actuación.
Algo más lejos –pero siempre vigilante con sus bailaores del Centro de Necedades Infames y el General Trueno- encontramos a Pablito el Dialogante conocido en su día como Paulus I El Liberticida que, como antes dijimos, hizo pareja artística hace algunos años con pareja artística con Pedrito el Niño del Espejito cuando este actuaba con el nombre de Petrus I El Iuminado, también conocidos como el Dúo Infame o la Pareja Nefasta.
El número principal que ejecuta –¡hay que ver lo que le gusta la expresión a la criatura!- el cantaor y bailarín Pablito el Dialogante es “El rey del harén” donde aparece en su mansión de Ragapalag rodeado de sus huríes que desarrollan diversos papeles: una es asesora, otra es periodista digital, la de más allá es ministra y así se completa un número muy vistoso que alcanza su climax –con perdón- cuando irrumpe en el escenario su pareja artística actual, la también cantaora, Nerea la Sumisa e interpreta la pieza “Pégame o déjame”.
Otra artista consagrada del cuadro artístico del Corral de la Moncloa, es Josefa Solaba la Viajanta quien ha triunfado en Genomia y en el Caribe con la pieza “Por el aeropuerto voy, por el aeropuerto vengo”; número de carácter cómico donde aparece recorriendo el aeropuerto de la capital de Genomia, Maracas, acompañado de la también artista caribeña Consolación la Niña Madura trajinando con 66 maletas de diferentes sustancias -blancas y doradas, mayormente- que van perdiendo el contenido por las pistas; lo que provoca situaciones muy graciosas, dignas de una comedia de enredo.
Suele actuar también en el Corral de la Moncloa, Said Aksalram, famoso transformista que desarrolla el número “Felonía Felonía” acompañado por el General Trueno –que también acompaña a Pablito el Dialogante- y cierra la actuación cantando –nunca mejor dicho- la famosa obra “Lo sé todo”.
Y acabamos el plantel del Corral de la Moncloa con una figura que ha emergido estos últimos días para “dar el cante”. Se trata de Paquita Ayal La Niña de la Línea y a fe que lo ha conseguido con su pieza “Traición, que regalo el Peñón”. Pieza de corte tragicómico en la que aparece regalando al también cantaor Fabiano el Picardías un terrenito cerca de Algeciras.
Número cumbre: El zapateado de los 30.000 espectros
No podíamos terminar esta crónica del cuadro artístico del Corral de la Moncloa sin hacer referencia –siquiera telegráfica- al número de música y color con el que acaban todos sus espectáculos. Se trata del “El zapateado de los 30.000 espectros” y consiste en que todas las artistas y los artistos progresistas y progresistos se sitúan en disposición circular en torno a un pebetero ígneo, invocando tanto a los difuntos reconocidos por el DIVOC 666 (más de 29.000) como a los espectros negados (otros 30.000 aproximadamente). El número tiene un enorme éxito porque acaba con los 30.000 espectros negados persiguiendo al plantel de cantaores y cantaoras reclamándoles que reconozcan su existencia.
Y el que tenga oídos, que entienda