De este horror, de este ciego desvarío
Que cubre nuestras almas con un velo
Como el sepulcro, impenetrable y frío;
De este insensato pensamiento impío
Que destituye a Dios, despuebla el cielo
Y precipita el mundo en el vacío
Gaspar Núñez de Arce
Estrofas. VI
Firma autorizada (que no invitada): Eufrasio Equineche
Presentación
Repito, por si se han olvidado, que soy Eufrasio Equineche, luchador iberoamericano por la libertad y la justicia social (salvo la de mi asistente) y Jefe de protocolo del gabinete del vicepresidente del gobierno de Genomia, Paulus I El Liberticida (antes Catedralicius, y antes aún Eclesiae). Y, como líder progresista, les vengo a dar cuenta, una vez más (para ver si se enteran) de varias noticias de interés general.
Los protocolos de los sabios de Ragapalag
Ante el advenimiento de la Nueva A-Normalidad; tras el éxito del confinamiento por el DIVOC 666 para el progreso social, cultural y económico de Genomia y para celebrar el salvamento cuasi-milagroso de la vida de 666 millones de personas (tirando por lo bajo) gracias a las medidas certeras, urgentes y precisas adoptadas en su día por el gobierno de progreso de Petrus I el Iluminado; este líder progresista, junto a su mano izquierda, Paulus I El Liberticida y el magnate –aclaro, no mangante- de la comunicación “por tierra, mar y aire” Genovevo Seruor convocaron una reunión de principales en la mansión de Paulus I el Liberticida de Ragapalag, amenizada por las huríes del harén del anfitrión. En ella, se fijaron las medidas a adoptar para garantizar un progreso indefinido del Progreso (permítasenos la redundancia); empezando por generar un rebrote controlado del DIVOC 666 que llevará a un nuevo confinamiento del noble pueblo de Genomia que tan buenos resultados ha dado para el avance de la implantación del Nuevo Régimen Luminoso y Progresista (NURELUP), con sus colas del hambre y de la caridad –y fidelidad- estatal.
Cabezas sin tronco (y viceversa) multiculturales
Los protocolos de los sabios de Ragapalag tienen como uno de sus vectores la lenta sustitución del paisanaje genomies por otro que venga a enriquecer la cultura obsoleta de Genomia con tradiciones tan interesantes -aunque algo incomodas para los sujetos pacientes- como la de separar la cabeza del tronco mediante métodos incisivos. Pero todo sea por la convivencia pacífica multicultural y el voto cautivo; aunque sea con pequeños daños costes colaterales. Al frente del proyecto “No tengo cabeza” –que así lo han bautizado los creativos publicitarios progresistas para resaltar sus raíces populares y humorísticas- se ha puesto a un equipo de antiguos dirigentes del Partido de Seminaristas Ortodoxos Episcopalianos, integrado por Jose Luis Fernández Carnicero y José Raul Borodo, expertos internacionales en la práctica del contrato de comisión mercantil.
La saga del héroe progresista
Por último como asistente personal del héroe progresista, me satisface enormemente hacer público que un investigador del Centro Natural de Infamias ha logrado reconstruir la saga heroica de Paulus I El Liberticida, hijo de Francesco I el Libertario y nieto de Severino I, el abuelito Paz.
El abuelito Paz tuvo una biografía típica de todo líder progresista del pasado siglo XX que comenzó con la técnica del paseo traumático al contrarrevolucionario y acabó con la delación de sus compañeros para ponerse a bien con el nuevo régimen.
El padre libertario -que militó en la Fundación Retroalimentada Analógica Pacifista- practicó el “diálogo traumático”, técnica sicosocial que busca la convicción del adversario político mediante la explosión. Su lema es “a la convicción por la explosión” y su acrónimo es la CONVICSION.
Y el nieto practica la «asunción de responsabilidades variable»; otra técnica novedosa que consiste en asumir públicamente graves responsabilidades (por ejemplo, la gestión de residencias de mayores) y renegar de inmediato de tal responsabilidad cuando alguna anciana o anciano fallece por falta de suministro de equipos de protección y cuidado. En resumen, la transferencia freudiana de toda la vida.
Y, el que tenga oídos, que entienda.