Diario de Genomia: Suplemento de Fin de Semana: La peor de las hipótesis

“Fue antigua usanza, observada aún en mis tiempos, añadir a las primeras palabras de una carta: “si tu salud es buena, me alegro de ello; la mía también lo es”

Carta XV Del ejercicio del cuerpo
Cartas a Lucilio
Lucio Anneo Séneca
Año 3.a.J.C. Córdoba – Año 65 d.J.C. Roma

Bonifacio el reincidente

En la entrada del pasado día 16 de los corrientes dejábamos al afamado youtuber e influencer Bonifacio gozando de la hospitalidad de un establecimiento penitenciario –en compañía de la malvada Herminia- por programar, en su programa evangélico “Caridad Cristiana”, entre otros, el episodio “¿Qué ha hecho Genomia para merecer esto?”, en el que el mundialmente conocido Dr. Anibal Retcel, director del Centro de Estudios sobre el Bípedo Implume (CEBI) de la famosa Universidad del Paso Perdido exponía un logaritmo que, aplicando 4 variables de: optimo/ bueno/ malo/ pésimo a una determinada situación y a un gobierno dado, arrojaba resultados unívocos.

De tal manera que, aplicado el algoritmo a una situación dada, ofrecía, de inmediato, una de las 4 hipótesis siguientes:

Hipótesis A (optima): gobierno eficiente que gestiona una situación económica y social buena.

Hipótesis B (buena): gobierno eficiente que gestiona una situación económica y social intermedia.

Hipótesis C (mala): gobierno negligente que gestiona una situación económica y social buena.

Hipótesis D (pésima): gobierno negligente que gestiona una situación económica y social muy mala o catastrófica.

Recordemos también que los problemas para el youtuber e influencer Bonifacio comenzaron cuando, en plena grabación, el Dr. Anibal Retcel tuvo la infausta idea de aplicar su dichoso logaritmo a la actuación del Gobierno de Genomia en la gestión de la pandemia del DIVOC 666. Porque el siempre noble, honrado y pastueño pueblo de Genomia pudo constatar algorítmicamente que ha tenido la peor de las fortunas con una calificación de D (-) y comprobar matemáticamente que sus vidas y haciendas se mermaban en la peor de las combinaciones posibles: una situación catastrófica gestionada por un Gobierno pésimo.

Crimen y castigo

Pues bien, al salir de la cárcel, el youtuber e influencer Bonifacio no tuvo mejor idea que –llevado por el pecado nefando de la vanidad y cegado por el enorme éxito alcanzado por la primera emisión de aquel programa- volverlo a emitir. Y ello provocó las reacciones siguientes:

a) En primer lugar, los espias en la red de la “prima donna” de las cadenas sectarias, 666 Te Vé, detectó el programa y, de inmediato, contraprogramó, en hora de máxima audiencia y en su programa estrella “Se busca facha”, una entrevista de 4 horas al famosísimo sociólogo y sumo sacerdote de la también famosa Congregación de Infamias Sucesivas, el abad Sonazet; donde explicaba los defectos groseros del método del Dr. Anibal Retcel y ofrecía uno de sus afamados estudios sociológicos realizado sobre una muestra de 666 contribuyentes conforme al método patentado por el abad Sonazet denominado método MATESMAG (“Marcial tu eres el Mas Grande”) que daba como resultado que la actuación del Gobierno de Genomia en la gestión de la pandemia del DIVOC 666 merecía ser incluida en la Hipótesis A (optima).

b) Pero el infortunio de Bonifacio no había hecho más que comenzar porque, acto seguido, los intrépidos hombres del General Trueno, Jefe del Glorioso Ejército Progresista del Pueblo de Genomia (GEPROPUGE) –que conocimos en la entrada de este blog del pasado día 21- detuvieron a Bonifacio y le aplicaron de inmediato la Ley COCA (“Come y Calla”) que –importada de naciones amigas del Caribe- tan buenos resultados estaba dando al Gobierno progresista para mantener la paz y la armonía social en Genomia.

Y, de nuevo, la justa indignación popular –inducida por el programa estrella de 666 Te Vé “Se busca facha”- no dejo otra salida al apacible líder auténtico Paulus I El Liberticida que dictar -desde su Palacio del Republicano Sitio de Ragapalag- una nueva orden de detención de Bonifacio quien, desde entonces, vuelve a penar en la cárcel sin saber cuándo, cómo y por qué será juzgado; aunque tiene claro el resultado del juicio, con el agravante de reincidencia en esta ocasión.