Nuestro conocimiento es necesariamente finito, mientras que nuestra ignorancia es necesariamente infinita
Karl Popper
Diario de Genomia: Edición dominical del 15 de noviembre de año del Señor -o del Maligno (¿?)- de 2020, día de San Alberto Magno
Suplemento especial dedicado a la ignorancia en Genomia
A los lectoras y lectoros de este Diario: Regreso a la senda de la sátira
Queridos, escasísimos e inteligentes lectoras y lectoros: después de dedicar algunas entradas a comentar “en serio” el charco de infamia en que se ha convertido la realidad palpitante de Genomia que nos ha brindado, en este última semana, una reedición esperpéntica de “Bodas de Sangre” con ocasión de una negociación de los PGE que chorrean el rojo líquido vital de las victimas inocentes (especialmente niñas y niños destrozados por bombas asesinas) y comprobar que nuestras reflexiones no despiertan más que la absoluta indiferencia general e incluso alguna admonición de queridos amigos que viven -por cierto, magníficamente bien- situados en la permanente equidistancia meliflua entre el bien y el mal.
Pues bien, ante tal situación, hemos decidido retomar la senda de la sátira por dos razones que paso a exponer: la primera es la conservación de nuestra propia salud física y mental ya que el grado de infamia es tal que el análisis sesudo de la situación actual de Genomia puede ser gravemente dañoso para mi integridad física (úlceras gástricas, depresiones exógenas, cólicos misereres, etc.). La segunda y más importante -porque les afecta a Ustedas y Ustedos- es que la crítica a las infamas e infamos que nos rodean puede ser mucho más contundente e incisiva usando la herramienta del humor, a ser posible inteligente. Y así, además, tenemos menos probabilidades de que la Comisión de la Verdad de Ivanus Cuadratus nos detecte, silencie, persiga y castigue.
Origen del Circo de la Moncloa
Pues bien, retomamos la senda de la sátira y, en concreto, la de los Cuentos Infantiles Progresistas (CIPS) que nos dejó ubicados en el mundialmente famoso Circo de la Moncloa. Conviene recordar que su origen se sitúa hace varias décadas cuando el noble y aborregado pueblo de Genomia sufrió la peste de la China que mato a muchos padres, madres, abuelos y abuelas, jóvenas y jóvenos en tal cantidad que el Gobierno sectario y corrupto -pero progresista- del Emperador Pedro I El Tontilente después conocido como Pedrígula (en recuerdo del famoso emperador romano), ocultó varios miles de cadáveres. Durante muchos meses el Gobierno -y los diecisiete Reinos de Taifas de todos los partidos políticos- confino, desconfino, mascarilleo y desenmascaró a la población, abrió y cerró sus negocios, limitó, en fin, sus vidas y arruinó sus haciendas sin criterio médico ni tan siquiera racional alguno. Incluso, lo que es peor, cambió de criterios constantemente e inundo las televisiones amigas -o sea, todas- de bulos, informes, cifras falsas, recomendaciones y mandatos destinados a crear una tupida cortina de humo que ocultara sus fechorías.
Tal fue la infamia criminal del Gobierno sectario y corrupto -pero progresista- del Emperador Pedrígula que, un buen día, el pueblo despertó de su letargo y organizó un “crowfunding” democrático llamado “Camino a la Libertad” con el que financió un levantamiento popular que detuvo y encarceló al Gobierno sectario y corrupto -pero progresista- del Emperador Pedrígula. Y, al no saber qué hacer con tal ramillete de cráneos y cráneas privilegiados y privilegiados -que diría Max Estrella en «Luces de Bohemia»- un tribunal democrático -que no demagógico- decidió que era necesario someterlos -por su bien- a un proceso de reeducación. Y alguien tuvo la idea de aprovechar las siniestras instalaciones del Palacio de la Moncloa para instalar en él un Circo en el que Presidente, los Vicepresidentes y Vicepresidentas, los Ministros y Ministras, los Secretarios y Secretarias de Estado, las directores generales y los directores generalos, los asesores y asesoras, etc., etc. -así hasta un número de 666.666 sujetas y sujetos- aprendieran unas habilidades revolucionarias y desconocidas por completo para ellos: no mentir, no robar, trabajar, etc., etc.
El emperador Pedrígula y su señora La emperatriz Añogeb, Cadedrática de la UCM
Antes de que acaeciera la revuelta popular financiada mediante el crowfunding democrático llamado “Camino a la Libertad”; el autócrata Pedrígula, al no tener caballo que convertir en senador (como hizo el emperador romano); convirtió a su señora, la emperatriz Añogeb en Catedrática de la -hasta entonces- prestigiosa Universidad Combustible de Maracas (UCM), capital de Genomia (aunque el poco prestigio remanente ya había sido dilapidado por profesores y egresados famosos como Juan Pablo Billetero o Pablo I el LIberticida); gracias a la connivencia servil de dos ABEX de rapiña que financiaron generosamente la cátedra y al Excelentísimo, Ilustrísimo, Magnífico y Reverendísimo Rector, quien vio una oportunidad pintiparada de congraciarse con el poder progresista mediante la creación de las Cátedras Complutenses Progresistas (CACOPRO), dentro del ciclo de Cátedras Caprofagas.
Pues bien, el número circense -porque recuerdo que estamos hablando del Circo de la Moncloa- se estrenó con la parafernalia y las solemnidades untuosas propias de este tipo de actos con una conferencia de inauguración del Master Propio en Transformación Senil Conservativa a cargo de la flamante nueva Cadetrática, la emperatriz Añogeb en la que expuso su revolucionaria teoría sobre el marketing descentralizado caleidoscópico digital. Tomo ello mientras el rector y el vicerrector adornaban el número haciendo de payasos -no olvidemos que estamos en el Circo de la Moncloa- con sus relumbrantes trajes académicos llenos de medallitas, birretes, guantes, togas y otro tipo de disfraces.
La torre de Luzbel Aalec, Monumento a la Estulticia
Estulticia: Ignorancia, necedad o estupidez de una persona
DRAE
Terminamos esta entrada glosando otro de los números estrenados, con un gran éxito de crítica y público progresistas, durante esta última semana en el Circo de La Moncloa. Nos referimos a la Torre de la bruja Luzbel Aalec consistente en que muchas niñas y niños de todo tipo de sexos se iban subiendo a una torre humana -llamada “El Castellet de la estulticia”- hablando lenguas diferentes y sin entenderse entre ellas, ellos y elles (como dicen las Sagradas Escrituras que sucedió con la “Torre de Babel”).
Dado que además, las infantas, infantos e infantes subían y subían unos por encima de los otros sin aprobar las asignaturas y siendo adoctrinados en las más perversas doctrinas totalitarias y sexuales (bestialismo, fetichismo, etc., etc.) perdían el equilibrio y la Torre se desmoronaba entre grandes risotadas del público asistente al espectáculo.
Así sucedió hasta que, un día, el público se dio cuenta que las niñas y niños que caían y se dañaban gravemente eran sus propios hijos y nietos y el espectáculo dejó de tener maldita la gracia. Lo que provocó el nacimiento del “crowfunding” democrático llamado “Camino a la Libertad” que financió el levantamiento popular que detuvo y encarceló al Gobierno sectario, corrupto y crirminal -pero progresista- del Emperador Pedrígula.
Y este cuento NO se ha ACABADO, SINO QUE continuará
Y el que tenga oídos, que entienda