El sol puede morir y volver a nacer; pero nosotros, una vez apagada nuestra breve claridad, hemos de dormir una sola y eterna noche
Cayo Valerio Catulo
Para que los progresistas gubernamentales que han impulsado y saludado con entusiasmo indescriptible la ley de la eutanasia no sean responsables de la anticipación de muchos sueños eternos
Y, una semana más, al muy noble y muy aborregado pueblo de la simpar Genomia con nuestro ferviente deseo de que, en estas Fiestas Navideñas, pierda la inmunidad de rebaño frente a los valores elementales de la verdad, el trabajo, o el respeto a la vida del semejante adquirida, gracias a las televisiones amigas, durante este año aciago que despedimos
Diario de Genomia: Suplemento especial a la edición dominical del 20 de diciembre de año del Señor -o del Maligno (¿?)- de 2020.
¡Noticia: Gran Reemplazo en el Pabellón de Criminales y Criminalas!
La salida del pabellón de asesinos de Reinaldo Igueto
Este Diario ha tenido noticia de que el conocido dirigente racista, precusor de la eutanasia traumática y activa y “hombre de paz” Reinaldo Igueto ha contratado el paquete “premiun” del programa lúdico-festivo de “Vacaciones Aksalram” llamado “Vuelve a casa vuelve que te esperamos (porque nosotros te podemos esperar)” destinado a los combatientos/as racistos/as del Norte de Genomia. Recordamos que se trata de un programa de acercamiento/excarcelación de los combatientos/as que, pagando un pequeño suplemento, incluye el nombramiento de una Comisión de Derechos Humanos del Parlamento Central o de alguna Corte Regional de los 17 Reinos de Taifas. La felicidad del líder progresista se ha visto ensombrecida por un remotísimo peligro de reingreso en la Cárcel de la Moncloa.
La entrada de Nerea Oretnom y su cómplice Euta Nasia
Como el Mundo es una caja de sorpresas, la salida del “hombre de paz (eterna)” se ha visto compensada con la entreda de dos ilustres reclusas, Nerea Oretnom y su cómplice Euta Nasia, juzgadas y condenadas como responsables de la muerte de miles de genomiesas y genomiesos a resultas de aplicación de la “Ley Progresista de la Buena Muerte” (la LEPROBUM).
Esta Ley decía cosas tan terribles, al tiempo de que asombrosas, como que en Genomia existía un debate donde confluían ideas diversas como que el natural crecimiento de la esperanza de vida ocasionaba el misterioso efecto del retraso en la edad de morir. Muerte que, al sobrevenir en edades avanzadas, producía otro efecto misterioso que consistía en que con frecuencia, encontraba a la persona en condiciones de importante deterioro físico y psíquico. En tan apasionante debate confluían también factores tan novedosos como la mejora de los medios técnico-sanitarios capaces de sostener durante un tiempo prolongado la vida de las personas; sin lograr llamentáblemente- la curación o una mejora significativa de la calidad de vid. Otro factor que concurría a tan apasionado debate público, inundando las calles y plazas de Genomia, era la afortunada secularización de la vida, de la conciencia social y de los valores de las personas; o el reconocimiento de la autonomía de la persona también en el ámbito sanitario.
Por todo lo anterior, ante el clamor social, al Gobierno progresista -aunque corrupto- del Emperador Pedígula y su vice-emperador Pablo El Hiena no le quedó otro remedio que promulgar la “Ley Progresista de la Buena Muerte” (la LEPROBUM) para transformar lo que era un desgraciado -pero inevitable- accidente biológico en un nuevo derecho individual como es la eutanasia. O sea, la “muerte de una persona de forma directa e intencionada mediante una relación causa-efecto única e inmediata, a petición informada, expresa y reiterada en el tiempo por dicha persona, y que se lleva a cabo en un contexto de sufrimiento debido a una enfermedad o padecimiento incurable que la persona experimenta como inaceptable y que no ha podido ser mitigado por otros medios”. En definitiva, la eutanasia conecta -mejor sería decir deconecta- con un derecho fundamental de la persona constitucionalmente protegido como es la vida.
Es lo cierto que, en el juicio a Nerea Oretnom y su cómplice Euta Nasia, su defensa alegó que, desde un punto de vista del análisis coste/beneficio, los costes en forma de fallecimientos “precipitados” por la aplicación de esta esta LEPROBUM se vieron sobradamente compensados por dos tipos de ventajas: la primera ventaja es de carácter político y consistió en la renovación del cuerpo electoral, objetivo este reiteradamente expresado por el partido que dirigía Nerea Oretnom, con mano firme y en diunvirato matrimonial (¿?) con Pablo El Hiena. La segunda ventaja es de tipo económico porque la aplicación de esta esta Ley progresista ahorro una cantidad ingente de dinero en pensiones que, por lo tanto, pudieron dedicar a otros proyectos de ingeniería social largamente anhelados. Por último, no debemos olvidar que la aplicación de esta esta Ley progresista sirvió de prueba piloto para la dispensación de las vacunas contra el DIVOC 666 por el Ministerio de Enfermedades Varias dirigido por La Pequeña Salvadora y gestionado por el famoso epidemiólogo y antiguo “cantaror” del Corral de La Moncloa, Fernandito “El Mascarilllas”.
¡Otro notición: Un éxito memo-rable de la cagobernanza navideña!
Y no podemos cerrar este número navideño del Diario de Genomia sin dar cuenta de la felicidad que inunda los hogares del pueblo aborregado de Genomia gracias al Plan navideño llamado “Confusión de confusiones” lanzado por los 17 Reinos de Taifas, con la colaboración pasiva del gobierno central del emperador Predrígula-Pilatos. Pongamos algunos ejemplos de la rica variedad de situaciones que origina tan variopinto Plan: En la región de Genomia del Norte, el toque de queda será a las 00:00 h. y podrán cenar juntos 6 comensalas y comensales, 3 de casa sexo binario; y 2 más si son del sexo binario alternativamente masculino por la mañana y femenino por la tarde y viceversa. Mientras que, en la región de Genomia del Noroeste, el toque de queda será a las 22:00 h. y podrán cenar juntos 16 comensalas y comensales, 8 de cada sexo binario; y 2 más si son allegados, entendiendo por allegados quienes lleguen primero a la cena y, en caso de igualdad de hora, se dará primacía al que demuestre tener mas hambre.
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Recordamos que siquen a la venta -previa demanda- 666 ejemplares facsímiles del ejemplar incunable del Manual de Resistencia Cívica redactado, en el siglo XI d.C., por el sabio Bonifacio de Genomia donde explica, con el detalle propio de un Manual de Resistencia, el proceso de liberación del pueblo de Genomia de la dictadura del diunvirato integrado por el emperador Pedrígula (llamado en su infancia Pedrito “El mula”) y por el co-emperador Pablo I El Liberticida (llamado en su infancia Pablito “El hiena”), sufrida en la antigüedad.
Recordamos también que este bonito MARECI -lujosamente encuadernado- consta de tres capítulos: Capítulo 1: La justificación de un levantamiento cívico: la insoportable levedad de los infames. Capítulo 2: La ejecución de un levantamiento cívico: la insoportable cobardía de los infames. Capítulo 3: La implantación del régimen de libertades perdido: la necesaria depuración de los infames.
Y EL QUE TENGA OÍDOS, QUE ENTIENDA