Logius. Candidato a presidente. Una historia de éxito

Tras más de cinco meses de destierro de las páginas de este blog, vuelvo a gozar del permiso de su anfitrión para, al calor -nunca mejor dicho- de este fin de semana veraniego, colgar un nuevo relato satírico que no tiene otro propósito que ofrecer al lector una sonrisa cuando los rigores de la semana laboral se calman y el espíritu se relaja. Y, como en ocasiones precedentes, se trata de un relato ejemplar que nos enseña cómo Eulogio Pérez, estudiante de luces limitadas, ha llegado a alcanzar éxitos tan relevantes en su carrera política y profesional que lo sitúan, hoy, al borde de la presidencia de su comunidad de vecinos, de una gran corporación cotizada o incluso -¿por qué limitar los caprichos de la Diosa Fortuna?- del gobierno. Porque todas estas presidencias comparten factores comunes de liderazgo, flexibilidad intelectual, compromiso limitado, sentido del progreso social y manipulación de conductas ajenas que los hacen fungibles.  Por ello, adelantamos que, en la carrera de éxito que estanos a punto de relatar, ha sido imprescindible el uso intensivo y la colaboración eficiente -y evidéntemente interesada- de profesionales del coaching, del monitoring, del community managing y de otras ciencias igual de actuales e imprecisas.

Pues bien, la historia del éxito de Eulogio Perez va unida de forma inescindible, en su origen, a su brillante carrera universitaria en la Universidad Total Trasatlántica (UNITONTA) donde cursó, primero, tres grados simultáneos en diversas ciencias políticas, sociales y jurídicas, al tiempo que ostentaba responsabilidades crecientes en su partido político; gracias a un empleo intensivo y generoso del mecanismo de convalidaciones de asignaturas -más o menos- coincidentes por parte de las autoridades académicas de la UNITONTA, atentas siempre al bienestar del alumnado que -como todo el mundo sabe-  requiere de abundantes subvenciones públicas que deciden los partidos políticos cuyos dirigentes se forman en aquellas universidades; completando este proceso un modelo prototípico de “círculo virtuoso”.

Su curriculum vitae se vió abrillantado, además, por una tesis doctoral que dicen versó sobre “La Economía y el Derecho en la Unión Europea en los albores del siglo XXI y más allá”. Y decimos que se trata de un título aproximado porque lo cierto es que, en cuanto Eulogio Perez alcanzó los puestos de responsabilidad política que sin duda merecía sobradamente, solicitó a los responsables de la UNITONTA que garantizaran la reserva absoluta y el acceso restringido al ejemplar de su tesis doctoral que, desde entonces, se conserva -como si fuera un incunable- en una cámara acorazada de dicha Universidad, sin que nadie haya podido verificar como su autor pudo, en el corto periodo de 6 meses que le llevo su elaboración, conseguir sintetizar tan vasta materia con la profundidad científica que acredito la máxima calificación otorgada por un prestigioso tribunal integrado por profesores que compensaron sobradamente su nulo conocimiento de la materia de la tesis con la altura de sus cargos de gestión universitaria.

Y, por si no fuera bastante con todo el mérito académico acumulado -hay que añadir que de forma esforzada y admirable porque Eulogio Perez simultaneó tales logros con puestos de creciente responsabilidad en la gestión del partido al que pertenecía-  puso la guinda a su carrera con la consecución de tres masters de post-grado  ¡tres!, cursados simultáneamente sobre materias cuyo interés solo podía compararse a su rabiosa actualidad, como se puede deducir de sus sugerentes denominaciones: “liderazgo y postverdad”, “como transformar la conciencia de tus semejantes sin que ellos lo noten” y “gestión de herramientas digitales de comunicación para construir una red de fidelidades”.

Pero lo mejor estaba por llegar, porque, desde el afortunado momento en el que Eulogio Perez contactó con la Consultora Académica Jurídica Abierta (CAJA), se produjo el auténtico despegue de su nave vital hacia el éxito. Para ello, añadió a su panoplia académica un nuevo master de liderazgo, cursado junto con el de “carrouseling”, al que nos hemos referido en entradas previas, destinado a facilitar a los estudiantes que acudan al mismo los conocimientos básicos para triunfar ellos mismos o asesorar a políticos, funcionarios, profesionales o empresarios en el difícil arte del tráfico de influencias y del uso de las puertas giratorias, se produjo.

Para afianzar el liderazgo de Eulogio Perez, los expertos en imagen de CAJA le recomendaron vivamente que comenzara por crear una marca personal con la denominación de Logius por ser un término de resonancias latinas que tanto gustan en los ambientes científicos anglosajones o españoles anglosajonizados (que son todos). Esta campaña de cultivo de la imagen del nuevo Logius se completó con su imprescindible presencia en las redes sociales de fotografías y vídeos del líder de dos tipos: imágenes de actividades (con Logius saludando a niños y niñas, ancianos y ancianas, jóvenes y no tanto, perros, gatos, monos, etc., etc.) e imágenes corporales (de la cara de Logius, de sus extremidades, incluidos brazos, manos, piernas, pies, etc.)

Y por último añadir que, junto a este aspecto de imagen, los expertos de CAJA dieron a Logius varios consejos de fondo que se revelaron de enorme utilidad en su actividad pública tales como: que su grado de compromiso y convicción sobre cualquier materia fuera fléxlible y maleable para adaptarse rápidamente el pensamiento líquido reinante, que su norma de conducta se ajustara al lema clásico de “nunca una mala palabra ni una buena acción” y otros consejos de parecido jaez y utilidad.

En conclusión, dábamos comienzo a esta entrada diciendo que presentábamos al respetable un relato ejemplar y nos parece que hemos logrado el objetivo propuesto porque la historia de Eulogio Perez (Logius) nos transmite un mensaje tan positivo e ilusionante -al tiempo que inquietante- de cómo un estudiante de luces limitadas puede llegar a las más altas responsabilidades profesionales y políticas y guiar el destino de sus congéneres si se deja aconsejar por quienes sacan el máximo partido de los recursos académicos y de las redes sociales.

N.B. : Estoy dispuesto a jurar ante cualquier texto sagrado de cualquier religión universal homologada o ante cualquier panfleto de cualquier credo progresista o retrogrado que esta entrada se publicó con el mismo título y con el mismo contenido literal por Javier Fernandez Alén como firma invitada en el blog de ajtapia.com el 13.07.2018.

La publicamos de nuevo en mi propio blog porque, lamentablemente, tras la reiterada “fiesta de la democracia” que hemos vivido emocionados, una vez más,  el pasado fin de semana, como decía el famoso filósofo existencialista: “al final, la vida sigue igual”. Por lo tanto, esta entrada publicada hace casi un año, conserva -desgraciadamente- toda su actualidad.

Aprovecho este entrada para desmentir, públicamente, que -dadas mis evidentes dotes de visionario- vaya a montar un gabinete de futurología y otras ciencias nigrománticas.