El agente Brown informó al Doctor Shaoran, en su laboratorio del MIT, de los detalles de la reunión que tuvo el equipo del FBI que dirigía la agente Cooper y le mostró su inquietud por el descontrol de los acontecimientos que mostraba el misterioso asesinato del Doctor Clark. El Doctor Shaoran le dejo bien claro cuáles eran los términos de la relación que mantenían desde hace varios meses: si quería seguir cobrando las importantes sumas de dinero que semanalmente le entregaba, debía aumentar la cantidad y la calidad de la información que le estaba facilitando porque sus superiores estaban dando muestras de un nerviosismo creciente por la falta de resultados palpables para la carrera hacia el logro de la vacuna del DIVOC 666. Esa exigencia del Doctor Shaoran al agente Brown vino acompañada de una sutil amenaza de que, en caso de no mejorar el flujo de información sensible, se vería obligado a remitir una nota anónima al FBI que dejaría en evidencia su papel de infiltrado en la agencia. Ante dicha insinuación, el agente Brown reaccionó enfurecido amenazando, a su vez, el Doctor Shaoran en el sentido de que, antes de que remitiera aquella nota anónima, sería él quien descubriera la auténtica finalidad de la estancia del Doctor en el MIT y en la Universidad de Harvard y de sus continuos viajes a Senlin.
Unos días después de la tensa entrevista entre el agente Brown y el Doctor Shaoran acaecieron dos hechos que afectaron a sus dos protagonistas y que cambiarían el curso de los acontecimientos.
Por una parte, la jefa del grupo del FBI que investigaba el entorno delictivo multinacional que se detectaba en torno al DIVOC 666, la agente Cooper, ante las sospechas fundadas que tenia de que algunas fugas de información podían obedecer a la presencia de un “topo” en su equipo; decidió restringir la información especialmente sensible a la que podía acceder el agente Brown. Ello condujo, a su vez, a una “sequía” abrupta del flujo de información que el agente Brown podía proporcionar al Doctor Shaoran y la consiguiente ansiedad de este último ante la falta de datos.
Por otra parte, el Doctor Shaoran recibió una llamada acuciante de su padre, el General Sima, desde Senlin, en la que le informó del nerviosismo creciente que reinaba dentro del Comité Supremo del Glorioso Ejército Revolucionario al ver que la pandemia del DIVOC 666 se extendía de forma imparable entre su población mientras aguardaban que el Departamento de guerra bacteriológica y química del Ministerio de defensa que dirigía el General lograra una vacuna frente al virus. Lo angustioso de la llamada no impidió que el General reprochara sutilmente la negligencia cometida por su hijo ya que la especial urgencia de contar con una vacuna se debía a su negligencia porque el virus que debía haber diseñado como un arma biológica de precisión, se había descontrolado por un fallo de seguridad en el proceso de fabricación que ya le había costado la vida a sus dos jóvenes investigadores ayudantes, la Doctora Ouyang y el Doctor Situ.
Todo este cúmulo de circunstancias tuvo un desenlace inesperado -o no tanto- en una mañana de primavera cuando un grupo de adolescentes de Chicago, durante el viaje de fin de curso, estaban recorriendo el “Freedom Trail” de Boston. Al llegar al barrio italiano, su profesora les indicó que subieran caminando al parque histórico del “Copp`s Hill Burying Ground” y allí, al alejarse un poco de sus compañeras, una de ellas observó, tirado entre las lápidas antiguas que sembraban el parque, un bulto oscuro que parecía el cuerpo de un mendigo durmiendo. Sin embargo, cuando la curiosidad le llevó a aproximarse al cuerpo, la estudiante vio que se trataba en realidad de un hombre de mediana edad de cuyo traje sobresalía un objeto metálico. Naturalmente, a los gritos de espanto de la joven acudieron sus compañeras y la tutora que guiaba al grupo. Esta aviso de inmediato a la policía que se personó urgentemente en el lugar. Y fue, entonces, cuando el cuerpo se identificó como el cadáver del agente Brown. Su autopsia confirmó que no se apreciaban signos de violencia, sino una hemorragia neumológica bilateral que condujo a la formación de trombos en ambos pulmones lo que, a su vez, generó un cuadro de fallo multiorgánico que le produjo la muerte.
Una vez solventado el enojoso incidente ocasionado por el difunto agente Brown con la colaboración inestimable de la mafia china en Boston, el Doctor Shaoran dirigió su atención hacia Mark Sneider. Era un discípulo suyo que había conseguido incluir en el equipo de expertos de Biometrics, el laboratorio que llevaba más adelantadas las investigaciones de la vacuna contra el DIVOC 666. Y lo infiltró para que le mantuviera permanentemente informado de los avances que se fueran produciendo. Fue, precisamente, esta presencia de Mark Sneider en el equipo de expertos de Biometrics la que le acabaría costando la vida al Doctor Clark. En efecto, este último, en una visita al laboratorio, identificó a Sneider como alumno de Shaoran y le vio sacando con su móvil fotos de los expedientes. Ello no pasó desapercibido al propio Sneider quien, a su vez, lo comunicó al Doctor Shaoran que, entonces, decidió tomar las medidas drásticas que acabaron con el asesinato del Doctor Clark por la mafia china en Boston.
A raíz de la muerte del agente Brown y de otras informaciones sobre la composición del equipo de expertos de Biometrics, la agente Cooper se vio en la necesidad de infiltrar a alguna persona experta en tecnobiología en dicho grupo. Fue entonces cuando recordó que Francesco, en alguna de sus conversaciones, se había referido a una estudiante postdoctoral de la Universidad de Columbia que estaba cursando el mismo master que su hermana Giulia y que le había puesto en contacto con el difunto Doctor Clark. La agente Cooper telefoneó a Francesco, quien le facilitó el contacto. Y así fue como Keira Miller entró a formar parte del equipo de expertos de Biometrics que investigaba la vacuna contra el DIVOC 666.
CONTINUARÁ …