SEMANARIO SATÍRICO -Y SATÁNICO- DE GENOMIA (SSG): EDICIÓN ORDINARIA -QUE NO GROSERA- DEL 1 DE OCTUBRE DE 2023: YOLANDITA, LA ASTRONAUTA PIADOFRÉNICA

LA FRASE DE LA SEMANA

La sabiduría y la razón hablan; la ignorancia y el error ladran

Arturo Graf

Desde el máximo respeto a los caninos de cuatro patas (los pobres no tienen culpa de nada, ¡es más! su instinto les hace ser más juiciosos que los caninos de dos patas);  dedico esta máxima al coro de idiotas/os/es que nos aturde con sus ladridos amplificados por los medios de in-comunicación.

CARTA DEL DIRECTOR

Dicen los sabios que la sensación de asombro ante el mundo que nos rodea es el germen de la investigación y, por lo tanto, de la ciencia. Es por ello por lo que este Director se complace en presentar, ante las selectísimas/os/es -por escasas/os/es e inteligentas/os/es- lectoras/os/es de este SSG una historia asombrosa, En efecto, cuando este SSG pensaba haber sido testigo de todas las estupideces posibles de las políticas/os/es de Genomia; nuestro espíritu se revitaliza de asombro cuando -como en un espectáculo circense- contemplamos el “más difícil todavía” en forma de la historia asombrosa que nos trae nuestro equipo de investigación aeroespacial.

LA ASOMBROSA HISTORIA DEL COHETE “PUJOLET PROGRESISTA CHAFALLEIRO” (El PPC)

El equipo de investigación aeroespacial de este SSG nos trae esta semana un reportaje “de impacto” (veremos que por su final). Se trata de La asombrosa historia del cohete “Pujolet Progresista Chafalleiro” (el PPC), así llamado para integrar todas las sensibilidades nacionales que adornan a esta Genomia en proceso de balkanización.

La historia comienza con el lanzamiento del PPC desde la base de Cabo Cañapercal (por alusión a lo que trincan sus artífices) pilotado por Yolandita, La Astronauta Piadofrénica y obrando de copiloto Urriol Ciénagas, alias Tirofijo (el lector interesado puede encontrar en números pasados de este SSG la explicación de ambos sobrenombres).

Se trata de un proyecto progresal (de progreso espacial) que articula el derecho a democratizar la riqueza para que deje de ser el privilegio de unos pocos magnates (¿o era mangantes?) y magnatas (¿o era mangantas?) de la tecnología para extenderla a las lideresas/os/es de la clase trabajadora.

El PPC surcaba los cielos guiado por la mano firme -aunque un poco espasmódica- de Yolandita, la Astronauta Piadofrénica; ayudada por la visión precisa -digna de un ave rapaz- de Urriol Ciénagas, alias Tirofijo. En estas condiciones: ¿Qué podía salir mal? Pues bien, los fascistas se ocuparon de que la aventura “espacialista” (ojo, por espacial y progresista) se viera condenada al fracaso,

El primer incidente ingrato se produjo cuando, mientras el PPC surcaba los cielos (¿o eran los infiernos?) del Progreso con asombrosa placidez, se le aproximo una nave de otro planeta que llevaba inscrito el nombre de Honradus”, que, sin duda, identificaba a sus ocupantes como extraterrestres. Cuando los rumbos de ambas naves parecían destinados a colisionar, cuando se mascaba la tragedia; un giro inopinado de la nave “Honradus” le hizo virar a sus tripulantes para alejarse de la PPC con los ojos aterrorizados de sus ocupantes (honradas/os/es) observando por las ventanillas la gentuza cómodamente reclinada en los mullidos asientos del PPC. Obviamente, la honradez en la construcción de la “Honradus la condenaba forzosamente a ser una nave de 3ª clase. Dicen las leyendas que los extraterrestres (honradas/os/es) regresaron a su planeta y nunca mas se les ha visto acercarse a Genomia, ¡ni de visita!.

El segundo incidente urdido por el fascismo resultó ser mucho más grave hasta el punto de malograr el viaje “progresal” (de progreso espacial) o espacialista” (por espacial y progresista. En efecto, en el momento en que el PPC trazó el rumbo hacia Urano; los ordenadores fueron fruto de un ataque de los expertos fascistas en inteligencia artificial (¿o era tontería natural?). Aun cuando las malas lenguas del progresismo (que las hay) dicen que el sabotaje informático fue obra de los líderes de Robemos, la Niña de la curva espacial y Los príncipes de Ragapalag, quienes decidieron que ya era hora de invertir la operación aritmética de sumar por restar.

Y la historia de este viaje “progresal” o espacialista,tuvo un final trágico al estrellarse el PPC en lo que parecía Urano, el planeta de los millonarios tecnológicos. Sin embargo, se trataba en realidad de una urbanización marbellí poblada de oligarcas sociteivos a donde condujo el PPC el rumbo circular -tipo bumerang- trazado por el copiloto, Urriol Ciénagas, alias Tirofijo.

Tras el impacto, la comandanta Yolandita, la Astronauta Piadofrénica se dirigió en un perfecto castrapo (mixtura atinada de castellano y gallego) a los pobladores de la urbanización quienes, visiblemente molestos por la ingrata interrupción de sus plácidas existencias y al no comprender una palabra del mensaje holístico que le dirigía la comandanta; decidieron recurrir a sus servicios de seguridad privada para invitarla  a ella, al copiloto y a todos los ocupantes del PPC a visitar un hospital siquiátrico de la costa malacitana, en donde viven felizmente -para ellos y para el resto del mundo- recluidos y acompañados por otros muchos personajes de progreso (pero a esa historia aludiremos en otro SSG).

¡SOY LA VOZ QUE CLAMA EN EL DESIERTO!

CONTINUARÁ

TODO PARECIDO CON LA REALIDAD NO ES PURA COINDIDENCIA, SINO TRÁGICA REALIDAD Y EL QUE TENGA OÍDOS, QUE ENTIENDA