Mi nombre es Javier Fernández Alén, alias, JAFA.
Soy profesor visitante de sociología antropológica en la Universidad pública Columbus del Estado de NY.
Estoy especializado en antropofagia femenina, masculina y neutra en las culturas antiguas, medias, actuales y futuras; terrestres y -si fuera el caso- extraterrestres.
Soy estoico (aclaro que no es ningún antiguo jugador del FC Barcelona, sino que identifica una corriente del pensamiento clásico) y, como tal, siguiendo a Seneca en su obra «Sobre la serenidad», pretendo aplicar el consejo de que “se sufran todas las cosas con suavidad de ánimo, siendo más humano reírnos de la vida que llorarla”.
Intento realizar en este blog la crítica satírica al universo desquiciado que nos circunda y que está alcanzando en nuestro país una concentración energética propia de un “agujero negro” estelar. En este universo, la sátira es, desde antiguo, el ácido más eficaz contra la estupidez humana de todos los sexos y edades porque permite disolver con el sentido más específicamente humano, como es el sentido del humor, las materias solidas que componen la tontería en sus más variadas formas que -como todo el mundo conoce- es pétrea en su firmeza, sólida en su absurdo y compacta en su estructura que no admite espacios intersticiales. Porque todos los días podemos comprobar que no hay nadie más firme en sus convicciones que un tonto sectario.
Pues bien, la técnica a la que recurre la sátira es la exageración esperpéntica en el lenguaje igualitario de sexos, religiones o credos religiosos o políticos. Y una condición esencial es que el satírico o la satírica (no confundir con el sátiro o la sátira) es que esté dispuesto o dispuesta a hacer sátira de sí mismo o de sí misma y aplicarse una crítica inmisericorde que, siendo ácida, no sobrepase los límites de la crueldad. Son todas ellas delgadas líneas rojas que deben ser gestionadas con inteligencia, sentido común y respeto a la prójima y al prójimo.