Las relaciones de Dante con el nuevo consejero delegado de la multinacional farmacéutica Biotech, el Doctor Shaoran, eran magníficas porque apreciaba en el joven becario una inteligencia despierta y flexible, unida a unos conocimientos profundos de la propiedad industrial y especialmente de la regulación de las patentes que resultaban particularmente útiles en esta época de búsqueda por Biotech de la autorización y del registro de la patente de su nueva vacuna experimental.
Durante sus conversaciones habituales en la hora del café, un buen día el Doctor Shaoran informó a Dante, de pasada y sin darle especial importancia, que, en su momento, fue Director del Departamento de epidemiología y biotecnología molecular de la Universidad Pública de Senlin y que, durante ese periodo, viajaba con frecuencia a Cambridge (Boston) para impartir ponencias y cursos en el MIT y en diversos Centros de Investigación epidemiológica asociados a la Universidad de Harvard.
Este comentario excito la natural curiosidad de Dante quién, cuando regresó a su vivienda, busco referencias en la red para encontrar, sorprendido, que aquel Departamento de epidemiología y biotecnología molecular parecía haber sido el origen de la pandemia mundial del DIVOC. Y, relacionada con esta noticia, hallo una mención confusa al fallecimiento, en circunstancias un tanto extrañas, de su compatriota Giulia Capreli. Esta noticia daba cuenta también de que la Doctora Capreli era una médico especialista en epidemiología y biotecnología molecular, formada en la prestigiosa Escuela de biotecnología molecular de Verona donde completo su tesis doctoral sobre La aplicación de la inteligencia artificial al diagnóstico urgente de pandemias víricas.
Investigando en la página web de la Escuela de biotecnología molecular de Verona, Dante pudo leer una somera referencia al resumen o “abstract” de la tesis de la Doctora Capreli donde exponía los resultados de su investigación sobre la enorme utilidad de la robótica en la detección temprana y el tratamiento de las pandemias víricas, comenzando por la inmunidad de aquellas máquinas a los virus y bacterias y siguiendo por la capacidad de prognosis del comportamiento de los virus y bacterias mediante el uso de algoritmos y de la tecnología de registros en bloques o distribuidos (blokchain).
La curiosidad de Dante por la fallecida Doctora Capreli fue en aumento cuando también descubrió -navegando por la red- su estancia en la Universidad de Harvard y su posterior fichaje y desplazamiento al Departamento de epidemiología y biotecnología molecular de la Universidad Pública de Senlin. Departamento dirigido por el mismo Doctor Shaoran, que se había incorporado recientemente como nuevo consejero delegado de la multinacional farmacéutica Biotech, en la que Dante cursaba las prácticas de su master y con quien mantenía a diario tan gratas y fructíferas conversaciones.
Mientras tanto, el Doctor Shaoran, en su cargo de consejero delegado de la multinacional farmacéutica Biotech se mostraba mucho más dinámico que su predecesor en el proceso de investigación y fabricación de la vacuna contra la epidemia del DIVOC 666 que asolaba el mundo y en la tramitación del expediente de autorización de su uso y patente antes las autoridades internacionales respectivas. Por lo demás, este grado de exigencia profesional no era óbice -sino todo lo contrario- para que se mostrara extremadamente afable con Dante y particularmente interesado en los resultados de su tesis doctoral sobre patentes farmacéuticas.
Aun cuando Dante había dejado temporalmente aparcada en su memoria la información sobre Giulia Capreli y sobre el Doctor Shaoran que le había deparado la red; es lo cierto que, en una madrugada de insomnio, aquellos datos inquietantes regresaron a su mente un tanto inclinada circunstancialmente a la obsesión y, cuando se despertó, decidió continuar buscando información en la red sobre aquel episodio inquietante para descubrir una nueva referencia al hermano de Giulia, Francesco Capreli, arquitecto en Milán, quien parecía haber tenido cierta intervención en la investigación de la muerte de su hermana que se había desarrollado en Senlin y en Boston.
La facilidad de contactar con un compatriota, unida a la curiosidad (¡maldita curiosidad!) de Dante le llevaron a contactar mediante correo electrónico con Francesco Capreli a quien le comunicó que trabajaba como becario en la multinacional farmacéutica Biotech dirigida por el Doctor Shaoran y que esta circunstancia era la causa de su curiosidad por conocer algún detalle sobre la muerte de su hermana Giulia. Francesco se mostró hermético y reacio a comentar cualquier dato relacionado con la dolorosísima muerte de su hermana Giulia. Hasta el punto de que no respondió a ninguno de los mensajes que Dante le remitía.
Entretanto, el tiempo transcurrió plácidamente para Dante en Berlín disfrutando de las carreras matinales con Marie por el Tiergarten hasta que, un buen día, recibió, en su correo electrónico personal, un mensaje de Francesco Capreli en el que le recomendaba extremar las precauciones respecto del Doctor Shaoran. Lo que no hizo más que redoblar la curiosidad innata de Dante sobre el episodio. De ahí que aprovechó unas vacaciones en Italia para desplazarse desde su Roma natal a Milán para entrevistarse con Francesco Capreli quien se mostró afable en el encuentro, ofreciéndole un café en su Estudio donde mantuvieron una grata conversación. Ello no fue óbice para que Francesco Capreli mantuviera tanto el hermetismo informativo sobre la muerte de su hermana como el consejo precautorio hacia el Doctor Shaoran.
Pasadas las breves vacaciones, Dante regreso a Berlín para culminar su estancia posdoctoral con las prácticas en el Departamento Jurídico de Biotech.. A los pocos días de su regreso, recibió un correo electrónico de Francesco Capreli quien, sin duda, movido por la empatía personal que había nacido durante su encuentro en Milán; le enviaba un correo con un archivo adjunto, encriptado con el siguiente documento que parecía fechado en el mes de octubre de 2019:
Pandemia-DIVOC 666
Remitente y autor:
Doctor Shaoran
Director del Departamento de epidemiología y biotecnología molecular de la Universidad Pública de Senlin
Destinatario:
General Sima
Director del Departamento de guerra bacteriológica y química del Ministerio de defensa del Glorioso Ejército Revolucionario
Es un inmenso honor remitir este informe para dar cuenta a esa Dirección de los logros conseguidos en el diseño del virus DIVOC 666. Creo que puedo decir, humildemente y sin temor a equivocarme, que el DIVOC 666 diseñado por el Departamento que dirijo cumple todas y cada una de las especificaciones requeridas en la carta de encargo remitida el pasado mes de febrero de 2019. De tal manera que, en un breve espacio de tiempo, hemos diseñado un virus eficiente que reúne las características siguientes:
1. Origen: Manipulación proteínica del genoma del virus que albergaba el pangolín común.
2. Vía preferente de contagio: Aérea, sin necesidad de contacto físico directo entre el sujeto transmisor y receptor. Con contaminación adicional del objeto animado o inanimado que haya contactado el sujeto transmisor, con posible infección indirecta del sujeto receptor.
3. Afección: Preferentemente, aparato respiratorio; sin descartar que, en un 10% de los sujetos infectados, pueda propagarse al aparato digestivo en función de su estado inmunológico y de su carga viral.
4. Epidemiología: Todas las capas de población con una incidencia inversamente proporcional a su edad de tal modo que:
a) Para individuos menores de 40 años, 5% de riesgo de infección y un 1% de tasa de mortalidad
b) Para individuos mayores de 40 y menores de 60 años, 25% de riesgo de infección y un 10% de tasa de mortalidad.
c) Para individuos mayores de 70 años, 55% de riesgo de infección y un 30% de tasa de mortalidad.
Tal y como se detalla en el cuadro anexo 1 adjunto a este informe, tal y como nos solicitaba la carta de encargo; sobre la base de los detallados estudios epidemiológicos de la Doctora Capreli, hemos podido precisar el impacto del DIVOC 666 en este último grupo de individuos mayores de 70 años para verificar que causa, en el 66% de los casos de pacientes infectados, neumonía bilateral que, en el 6% de los casos, deriva en sepsis generalizada con fallo multiorgánico fulgurante que causa la muerte del individuo en un plazo máximo de 24 horas.
Este resumen ejecutivo lleva unidos los anexos siguientes:
Anexo 1: Análisis epidemiológicos del impacto del DIVOC 666 sobre la base de los modelos elaborados por la Doctora Capreli.
Anexo 2: Resultados de 200 autopsias realizadas a otros tantos individuos que se sometieron voluntaria y libremente a los experimentos realizados por el Departamento de epidemiología y biotecnología molecular de la Universidad Pública de Senlin.
Anexo 3. Resultados de 200 seguimientos de otros tantos individuos dados de alta tras someterse a los experimentos, con indicación del porcentaje de inmunidad alcanzado.
Anexo 4: Proporción de población inmunizada al DIVOC 666 en la población sometida al estudio.
Anexo 5: Factores eficientes para impedir que se alcanzara el umbral de inmunidad colectiva al DIVOC 666 en la población sometida al estudio y proyección sobre la población mundial sobre la base de los modelos elaborados por la Doctora Capreli”.
La lectura del Informe inundó de dudas y de curiosidad la mente de Dante. Sin embargo, el asunto no fue a más porque, entretanto, finalizó su estancia como becario en Berlín y regresó a Roma.
Dado que Dante Moretti era un estudiante de natural despierto, descubrió, durante su periodo de prácticas en el Departamento Jurídico de Biotech en Berlín, lo fructífero que podía ser dedicarse a la abogacía y la consultoría jurídica sobre patentes farmacéuticas en ese momento histórico en que la Humanidad vivía atemorizada por la pandemia del DIVOC. Por lo tanto, cuando el Despacho Smith & Harris con sede en Nueva York y sucursales en Washington y en Bruselas -que asesoraba y defendía los intereses de Biotech- le hizo una “oferta irrechazable”, no tardó en aceptarla. Y así se convirtió en flamante Abogado Junior de Smith & Harrys donde, al ver las condiciones económicas de su nuevo trabajo; comprobó que podía sacar el justo partido a las muchas horas empleadas en la elaboración de su tesis doctoral sobre las patentes farmacéuticas porque, decididamente, estaba claro que su carrera universitaria -investigadora y docente- “podía esperar”.