Diario de Genomia: Estado policial
Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra? Cicerón, Primera Catilinaria. ¿Hasta cuándo abusarás, Catilina, de nuestra paciencia?
Estado policial: Cuando la realidad supera la ficción
En la entrada de este blog del pasado 10 de abril, en la que poníamos fin a la serie de 10 capítulos del relato de ficción que titulamos Un Nuevo Orden Mundial (NOM) y que, en unos pocos días retomaremos; nuestra imaginación calenturienta nos llevaba a describir el Informe sobre Un Nuevo Orden Mundial (NOM) que un ficticio General Sima, Director del Departamento de guerra bacteriológica y química del Ministerio de defensa del Glorioso Ejército Revolucionario presentaba al Comité Supremo del Glorioso Ejército Revolucionario. Y, puestos a imaginar, transcribíamos una parte de aquel Informe que queremos traer a colación, por lo que luego se verá. Decía así:
“Capítulo 4 Efectos sociales: Obediencia y gratitud El confinamiento de la población de los países de la civilización omega tendrá efectos benéficos y didácticos para los mismos países decadentes que la integran porque, por una parte, sus pueblos se acostumbrarán fácilmente a la obediencia ante las autoridades, sin cuestionar sus decisiones, siempre justificadas por el estado de emergencia sanitaria (obediencia especialmente importante para los niños y jóvenes que asumirán como algo normal el estar encerrados y obedecer ciegamente las órdenes de las autoridades públicas); y, por otra parte, desarrollarán un sentimiento de gratitud hacia sus políticos y los políticos de la civilización alfa cuando vean como sus múltiples e inútiles cadenas de televisión proyectan de forma constante imágenes de grandes aviones descargando millones de mascarillas y EPIs procedentes del país líder de la civilización alfa. El Anexo 3 expone detalladamente las conclusiones del Departamento de Sociología conductual de la Universidad de Shandiàn sobre el impacto sociológico del Proyecto NOM en la población mundial”.
El acto fallido o lapsus linguae del General Trueno
Pues bien, la hermosa nación de Genomia, cuya vida palpitante alimenta este diario, no deja de sorprendernos en este estado de confinamiento y, cuando creíamos haberlo visto todo con las coimas que el famoso intermediario Paquito el Chocolatero –también llamado Paquito el Dadivoso- repartía entre políticos patrios vinculados al partido del líder aparente Petrus I El Iluminado gracias al famoso affaire de la importación de las mascarillas y los test Fu-Manchú, distribuyendo márgenes excedentarios; o el ascenso al poder supremo del apacible líder auténtico Paulus I El Liberticida, quien ordenaba la vida de los paulaneses (antes genomieses) desde su Palacio del Republicano Sitio de Ragapalag; acaece otro suceso extraordinario que nos encoge el corazón y nos impele a relatarlo.
Hace pocos días, el General Trueno, Jefe del Glorioso Ejército Progresista del Pueblo de Genomia (GEPROPUGE) anuncio –“urbi et orbe” (como el Papa)- que el GEPROPUGE estaba dispuesto al máximo sacrificio por el Pueblo Trabajador, hasta llegar al espionaje de todas aquellas noticias, conservaciones, murmullos, insinuaciones o cualquier otro tipo de manifestación –expresa o implícita- que fueren en desdoro del Gobierno Progresista de Genomia. Llegando a dejar convertido en un juego de niños el sistema que relataba la famosa película “La vida de los otros”. Labor de inteligencia y espionaje comandada por Paulus I El Liberticida.
Ayer mismo, el programa estrella “Se busca facha” de la “prima donna” de las cadenas sectarias, 666 Te Vé desmintió los bulos contrarevolucionarios expandidos por la red que habían afirmado que se trató de un lapsus linguae, acto fallido o desliz freudiano del General Trueno porque no fue cierto que hubiera sido un acto que pusiera de manifiesto una expresión diferente e incluso contraria a la intención consciente del sujeto. Antes al contrario, se correspondía fielmente con aquella intención.
Moraleja: Un pueblo confinado y obediente confía ciegamente en sus lideres y no precisa la libertad de pensamiento y expresión burguesas
Y la moraleja de esta historia, queridos niños, la descubrió un estudio de la famosa Congregación de Infamias Sucesivas, con su sumo sacerdote al mando, el famoso abad Sonazet, Un pueblo confinado y obediente es un pueblo espiable. Y recordamos lo que imaginábamos en el Capítulo 4 del Informe sobre Un Nuevo Orden Mundial (NOM) de un ficticio General Sima que, al tratar de los efectos sociales de la pandemia del DIVOC 666 se refería a la “Obediencia y gratitud” diciendo: “El confinamiento de la población de los países de la civilización omega tendrá efectos benéficos y didácticos para los mismos países decadentes que la integran porque, por una parte, sus pueblos se acostumbrarán fácilmente a la obediencia ante las autoridades, sin cuestionar sus decisiones, siempre justificadas por el estado de emergencia sanitaria (obediencia especialmente importante para los niños y jóvenes que asumirán como algo normal el estar encerrados y obedecer ciegamente las órdenes de las autoridades públicas)”.