Firma invitada: Euta Nasia
Por recomendación de mi compañera en el Gobierno de Genomia, Claudia Serena y como muestra del “empoderamiento” de nuestro género femenino ocasional, el anfitrión de este blog -en su condición de macho presuntamente culpable de machismo y, por lo tanto, justamente dominado- no ha tenido otro remedio que invitarme a participar con esta entrada de interés público sobre la epidemia del infamiavirus que está asolando la sufrida población de Genomia, uniéndose así a las iniciativas progresistas previas que -como las plagas bíblicas- ha traído el Gobierno de Progreso del líder -o, mejor, comandante- Genius.
Aun cuando la costumbre de presentarse responda a un sesgo machista y heteropatriarcal, debo hacerlo para “poner en valor” el contenido de esa entrada desde mi alto cargo -rectius, alta carga- de Directora general de salud pública y buenas costumbres higiénicas físicas y mentales del Ministerio de igualdad, sanidad y felicidad progresista del Gobierno de Genomia.
Tras un largo periodo de investigación y reflexión, mi Dirección General esta en disposición de aclarar, de una vez por todas, la razón del devenir catastrófico de Genomia en los últimos meses; que no es otro que la epidemia silenciosa del infamiavirus -también denominado perfidiavirus, tontovirus, neciovirus, rufianovirus, orratvirus, etc.- que cursa sin síntomas aparentes del tipo de fiebre alta, estornudos, malestar general, etc.; pero ataca secretamente al cerebro de las seras humanas y los seres humanos que le sirven de huésped, sean o no progresistas, restándole subrepticiamente varias facultades como la de distinguir la verdad de la mentira, el bien del mal o la virtud del vicio.
Una manifestación típica del infamiavirus es el relativismo o subjetivismo puro que se haba en el conocido aforismo galaico que dice: “todo depende” y que es la base teórica de la nueva fe de la dialogolatria y de los miembros de la secta progresista, los dialogólatras.
Otro síntoma del infamiavirus es el racismo y la xenofobia que cursa especialmente en Genomia del Nordeste y del Norte. Así, en el estudio hemos realizado experimentos en los que a un grupo de genomieses del noreste o del norte se le han enseñado fotos de genomieses del sur y han reaccionado como el perro de Paulov segregando en sus glándulas suprarrenales dosis del infamiavirus suficientes para generar dos reacciones sucesivas: el desprecio y la a agresión.
A resultas de estas muestras de infamiavirus racista y xenofobo, se han decretado cuarentenas masivas en forma de manifestaciones multitudinarias dentro y fuera de las fronteras de Genomia que no han tenido el efecto esperado de desaparición del infamiavirus sino el contrario de su refuerzo, lo cual es, por otra parte, congruente con su propia naturaleza.
La investigación que hemos desarrollado desde el Gobierno de Genomia para localizar al paciente 0 del infamiavirus para normbrarle probablemente ministra o ministro de algo no ha tenido sus frutos por ahora, pero seguimos dedicándole recursos ingentes por la importancia de descubrir a la madre fundadora o el padre fundador de la nueva fe de la dialogolatria.
Lo que si nos ha permitido la investigación desarrollada desde el Gobierno de Genomia es identificar el decurso de la enfermedad que opera del siguiente modo: Las glándulas suprarrenales de la pacienta o del paciente generan una enzima denominada Infamiamina que sola o en combinación con otras dos: La Mentiradina y la Kobardina generan el Infamiavirus que, a su vez, cursa como enfermedad en forma de Infamia.
También hemos descubierto que el Infamiavirus se presenta en 4 cepas de intensidad decreciente: la A 1, la A 2, la B 1 y la B 2.
Una vez obtenidos los datos epidemiológicos, la valoración y clasificación en cepas del Infamiavirus se realiza mediante un algoritmo alfanumérico que opera en base a la tecnología de la cadena de bloques sostenibles (TCBS) (sustainable blockchain) que gestiona una ecuación compleja de 3 factores que son: a) La velocidad de la mentira que ofrece 4 rangos: 12, 24, 36 o 48 horas. b) Su desfachatez o contradicción con los actos o manifestaciones previas del enfermo o de la enferma en iguales plazos. c) El ámbito de la mentira según se manifieste en público, bien sea en un medio de comunicación o en una red social o ante auditorios de más de 6666 personas; o en privado, bien sea en el ámbito familiar o laboral. Hay que añadir que el algoritmo utiliza factores de corrección como la seguridad que muestra en si mismo o si misma el mentiroso o la mentirosa, el daño social que su mentira ocasiona y otros factores semejantes que pueden llevar a reclasificar al enfermo en una u otra cepa.
Otro resultado de la investigación desarrollada desde el Gobierno de Genomia -que ha llenado de sana alegría todos las y los s 66 miembras y miembros del Gabinete- ha sido identificar como enfermos señeros del percentil superior, esto es, infames de la cepa A 1 al líder Genius, el Doctoriraptor; al Macho Alfa Progresista Serrano (el Maprose) -que, por cierto, presenta unas características anatómico-forenses paradójicas porque es enclenque, cargado de hombros, desagradable de ver-; y a la Hembra Alfa Progresista Serrana (la Haprose) que, juntos, conforman la simpática y ejemplar Pareja Progresista de la Sierra (los Paprosi) también conocidos como los Ceaucescu de la sierra o los Jurisconsultos de Maracas.
Es más, la investigación desarrollada desde el Gobierno de Genomia ha llevado a acreditar fuera de toda duda razonable es que el infamiavirus es de propagación rápida y silenciosa, tiene efectos moralmente -que no físicamente- mortales y anida en todos los lugares y circunstancias. En concreto, el estudio ha identificado 3 espacios en los que se dan las condiciones idóneas para su florecimiento, contagio y expansión. Se trata de los siguiente:
a) Los partidos políticos, donde existe un nivel de concentración tan intenso de Mentiradina y de Kobardina que el Infamiavirus encuentra su medio paradisiaco para cursar como enfermedad en forma de Infamia.
b) Los medios de comunicación, en los que al efecto combinado de la Mentiradina y de la Kobardina se une la Sectarina, potenciado el desarrollo del Infamiavirus y de la consiguiente enfermedad de la Infamia. Como ejemplo, cabe simplemente recordar la contemplación resignada del espectáculo obsceno de las amenazas de la famosa Pareja Progresista de la Sierra (los Paprosi) a los medios discrepantes con la fe mayoritaria, sin que asomara muestra alguna de solidaridad en la defensa de la libertad de expresión dentro de la profesión.
c) Otro caldo de cultivo idóneo del infamiavirus es la universidad porque allí se dan las condiciones idóneas pata su desarrollo florido: La estupidez, armoniosamente distribuida en todos sus estamentos desde los catedráticos hasta los bedeles (como así lo demostró científicamente Carlo M. Cipolla en su conocida obre sobre “Las leyes fundamentales de la estupidez humana”). Le envidia hacia quienes trabajan calladamente, investigan y publican los resultados de sus investigaciones por parte de quienes dedican su tiempo a la política universitaria y se quejan continuamente de que esa labor -que hacen encantados de haberse conocido- les roba tiempo pata investigar y que, para compensar tanto sacrificio en aras del interés social, no dudan en manipular los baremos de valoración de méritos, bien para premiar la gestión frente a la docencia o la investigación o bien pata aplicar coeficientes reductores a quienes investigan y publican sin ser “aparachtiks”. La cobardía, especialmente visible en las malas llamadas autoridades académicas con ejemplos recientes en las universidades de Genomia del Noreste. La soberbia que cursa con las anteriores circunstancias de forma directamente proporcional porque esta científicamente demostrado que, cuanto más tonto y envidioso es el sujeto o sujeta tanto más y soberbio o soberbia
Reflexiones finales
“El esplendor de los pérfidos e infames se alimenta de la cobardía de los buenos y virtuosos, quienes deben dejar de ser pacíficos en algún momento para que el mal no se enseñoree de sus vidas y de las de su descendencia”
Bonifacio de Genomia (s.IV d.C.)
Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?
(Cicerón, primera oración de la Primera Catilinaria)