Dedicado a mi amiga “La Rescatadora”, guía de la montaña del alma humana y especialista en reorientar alpinistas perdidos y acompañarles hasta la cumbre de sus vidas
La difamación acaba por ser descubierta y la hipocresía por ser desenmascarada
El arte de hacerse respetar
Expuesto en 14 máximas
Arthur Schopenhauer
Dedico este mensaje esperanza -porque es lo último que se pierde- al noble y narcotizado pueblo de Genomia para ver si despierta de su letargo para rectificar sus errores al elegir -eso sí, democráticamente- al Gobierno infame de infames que padecemos y remitirlo a La Cárcel de la Moncloa que pasamos a describir.
Diario de Genomia: Suplemento especial a la edición dominical del 29 de noviembre de año del Señor -o del Maligno (¿?)- de 2020
Este Diario ha venido informando, semana tras semana, desde el pasado més de julio, cómo los extraños cuerpos -y cuerpas- que habitan el Palacio de la Moncloa lo han venido transformando, primero, en Corrala, donde adular al emperador Predrígula de vuelta de sus famosas campañas internacionales; después, en Circo, donde interpretar sus payasadas criminales; y, por último, en Manicomio, donde ser encerrados en busca de cura para sus innumerables patologías de corte sicopático narcisista.
Pues bien, dado que todos estos intentos bienintencionados del aborregado pueblo de Genomia por reconducir al Gobierno sectario y corrupto -pero progresista- del Emperador Pedrígula han resultado baldíos; el tribunal democrático -que no demagógico- ha decidido desarrollar su proceso de reeducación en la Cárcel de la Moncloa, transformando las siniestras instalaciones del Palacio de la Moncloa que antes sirvieron de Corrala y después de Circo. Allí, el Presidente- Emperador Pedrígula (también llamado “El mula”), el Vicepresidente Pablito “El Hiena”, la Vicepresidenta Carmen “la Avestruz Calva”, el resto de Vicepresidentas los Ministros y Ministras, los Secretarios y Secretarias de Estado, los asesores y asesoras, etc., etc. -así hasta un número de 666.666 sujetas y sujetos- fueron sometidos a un régimen carcelario estricto para que aprendieran unas habilidades revolucionarias y desconocidas por completo para ellos: no mentir, no robar, trabajar, etc., etc.
La primera labor que tuvo que asumir Bonifacio de Genomia, director general de establecimientos de reposo, reeducación y salvación del nuevo Ministerio de la Honestidad del Gobierno Decente de Genomia fue distribuir a los presos en los diferentes pabellones. Fue una labor ardua, porque hubo de encontrar acomodo no sólo a los miembros y miembros del Gobierno sectario y corrupto -pero progresista- del Emperador Pedrígula, sino también a sus cómplices y encubridores. Y, en muchos casos, sus mútiples cualidades infamantes y delictivas les hacía merecedores -y merecedoras- de ser instalados en varios de los Pabellones al tiempo. Una vez acabada la faena, la distribución de los presos y presas en los diferentes pabellones quedo como se relata a continuación (se trata de una primera distribución de los presos y presas que será seguida por otras varias en las próximas semanas).
Es importante destacar, desde el principio, que Bonifacio de Genomia aplico una versión moderna del tratamiento que vio, en su infancia, en la obra maestra del cine, “La naranja mecánica” insertando nano-robots en la amígdala del cerebro de los reclusos y reclusas cuyo algoritmo le permitía proyectar, durante las 24 horas del día, los siete días de la semana, las imágenes que iremos describiendo con ocasión de las respectivas penas impuestas.
Ni que decir tiene que los presos y presas perdieron la escasa razón que les quedaba y se le aplicó la eutanasia, proceso curativo radical que tanto ayudaron a implantar cuando estuvieron en el poder.
El Pabellón de Infames
El Presidente-Emperador Pedrígula I (también llamado “El mula”) fue condenado, por los delitos de infamia, traición constitucional y encubrimiento criminal, a la pena de ver, permanentemente, las imágenes de los 40.000 fallecidos y fallecidas por el DIVOC 666 que su Gobierno sectario y corrupto -pero progresista- se ocupó de ocultar.
El Pabellón de Ladones
Este pabellón contaba son las dos secciones siguientes:
Ladrones centrales:
Lo comandaba -como quíe carcelario- el Vicepresidente Pablito “El Hiena” condenado, por los delitos de robo institucional, infamia, traición constitucional y encubrimiento criminal, a la pena de ver, permanentemente, las imágenes de las mujeres y los hombres que malviven en la frontera de Malezuela con Colombia escapando del Gobierno criminal de su cuate Nicolas Podrido.
Ladrones periféricos:
Lo comandaba -como quíe carcelario- El famoso líder por la libertad del Noreste de Genomia Azrael “El Rufián” (recordamos que el Diccionario de la RAE lo define como “Persona sin honor, perversa, despreciable” y “Hombre dedicado al tráfico de la prostitución”), condenado, por los delitos de robo institucional, infamia, traición constitucional y encubrimiento criminal, a la pena de ver, permanentemente, las imágenes de los habitantes de Maracas, capital de Genomia, arruinados por la homologación fiscal autonómica que inspiró y rebuscando en la basura alimento que llevarse a la boca.
El Pabellón de Idiotas (e Idiotos) Malvadas
Lo llenaba, con su presencia, la Vicepresidenta Carmen “la Avestruz Calva”, condenada, por los delitos de infamia, traición constitucional y encubrimiento criminal, a la pena de ver, permanentemente, las imágenes de un maestro diciendo “no debes mentir”.
El Pabellón de Asesinos
Esta pabellón estaba atestado de luchadores y luchadoras por la libertad del Pueblo del Norte -eso si- mediante la eliminación física del resto de pueblos de Genomia y lo comandaba -como quíe carcelario- el famoso líder en la lucha por los derechos in-humanos Reinaldo Igueto condenado, por los delitos de secuestro, tentativa y encubrimiento criminal a la pena de ver, permanentemente, las caritas de las niñas y niños ensangrentados con sus cuerpecitos destrozados entre las ruinas de las casas-cuartel de la Guaria Civil.
El Pabellón Movil
Esta pabellón estaba comandado-como quíe carcelario- el famoso líder en la lucha por los derechos de los trabajadores Pablo Equineche condenado, por los delitos de maltrato a los trabajadores, robo, infamia, traición constitucional y encubrimiento criminal a la pena de ver, permanentemente, el cuerpo del joven asesinado por su esposa (compañera de armas -nunca mejor dicho- de Pablo Equineche) acusándole: “Por qué me difamaste como violador”, “Por qué me difamaste como violador” (…).
El Pabellón de Cobardes
Lo ocupaban en dos celdas contiguas:
Pablito “El Soltero” quien fuera dirigente del Partido Pasivo y que -en compañía de sus respectivos reyezuelos de Taifas- fue condenado, por el delito de traición constitucional por omisión. Al tratarse de una conducta omisiva, la pena consistió en ver, durante 666 semanas y por la televisión progresista La Sexta Te Vé y Te Vigila las imágenes de los ciudadanos de Genomia perdidos y amaestrados por las televisiones amigas del Gobierno que su propio partido entrego al movimiento de progreso.
Y la última celda la ocupaba Gines Adosadas, famoso travesti jerezano, recriado en Hospitalet de Llobregat, que fue dirigente del partido Súbditos y que, a fuerza de querer ser gozne o bisagra, sufrió de tal fatiga de materiales por el roce que desapareció. Su pena fue leve y consistió en ver, durante 666 semanas, la imagen de una línea recta con un cartel superpuesto que decía: “No te vendas”, “No te vendas” (…).
Nota final: Manual de Resistencia Cívica (MARECI)
El equipo de investigación de este Diario ha encontrado un ejemplar incunable del Manual de Resistencia Cívica redactado, en el siglo XI d.C., por el sabio Bonifacio de Genomia donde explica, con el detalle propio de un Manual de Resistencia, el proceso de liberación del pueblo de Genomia de la dictadura del diunvirato infame integrado por el emperador Pedrígula (llamado en su infancia Pedrito “El mula”) y por el co-emperados Pablo I El Liberticida (llamado en su infancia Pablito “El hiena”), sufrida en la antigüedad.
Contemplando la situación en la que esta postrado el pueblo de Genomia gracias a su pasividad cobarde, este Diario considera que presta un servicio de interés público al ofrecer a sus lectores una descripción de los tres capítulos que componen este antiguo Manual de Resistencia Cívica (MARECI):
Capítulo 1: La justificación de un levantamiento cívico: la insoportable levedad de los infames
Capítulo 2: La ejecución de un levantamiento cívico: la insoportable cobardía de los infames
Capítulo 3: La implantación del régimen de libertades perdido: la necesaria depuración de los infames.
Y el que tenga oídos, que entienda ( a ser posible, rápidamente)