Los “tres tenores progresistas” dan el cante en educación

Firma invitada: Claudia Serena

Un éxito progresista sin precedentes

El éxito de críitica y público (disculpen la inmodestia) alcanzado por la anterior entrada de este blog del pasado viernes 17 de enero, que firmaba esta luchadora por el progreso que suscribe -titulado “Manifiestos progresistas desde Maracas (2): una educación para la libertad. El Doctoriraptor”– ha permitido que su anfitrión -en un gesto de generosidad progresista que lo adorna (disculpen también este ejercicio de necesaria adulación)- me haya permitido dirigirme de nuevo a ustedes, con la necesaria urgencia que el caso requiere, a través de esta entrada sobre la educación. En especial, el éxito de la anterior entrada obedeció a la identificación precisa de los tres especímenes de sujetos varones -con perdón- que sirven de ejemplos señeros de los frutos que puede llegar a dar la educación progresista que comienza a implantarse en Genomia. Me resfiero a:

a) Genius, el doctoriraptor, nueva especie de la interminable zoología académico-progresista, cuyas características asesinas de la propiedad intelectual ajena glosamos en aquella entrada.

b) Paulus Catedralicius (antes Eclesiae), el famoso jurisconsulto, autor de la genial identificación de apelación con humillación, en los términos también glosados en aquella entrada.

c) Camaleoneus Cuadratus, el perfecto asesor multiuso inventor de la política aceitosa o  ideología de las amebas, que ha venido a revolucionar no sólo la política, sino también la filosofía y la historia del pensamoiento universal, según detellábamos en la entrada referida.

Los tres tenores progresistas y su cuerda de sopranos dan el cante en justicia, en educación, en igualdad, etc.

El permiso excepcional del anfitrión de este blog se debe a la espiral de acontecimientos progresistas acaecidos en los últimos días que requieren ser ensalzados como es debido. Y ello porque son tantos y tan frecuentes que ni un blog diario los podría seguir. Permítenme las lectoras y los lectores de este blog que prescinda de los logros asombrosos de la progresía reinanta en materia de justicia, igualdad de géneros múltiples, sexualidad infantil, etc. etc. y circunscriba mi atención a las más recientes nuevas progresistas en materia de educación. Para ello, debemos comenzar por advertir que los tres tenores progresistas, para desarrollar su obra coral de progreso, requieren de una cuerda de sopranos acreditadas en la que destacan tres voces: Lebasi Aleec, Nerea Oretnom y Carmina Ovlac, también llamada Carmina Burrana en homenaje a la célebre composición de Karl Orff.

Ha sido la primera de estas sopranos, Lebasi Aleec quien, en una declaración pública propia de sus altas responsabilidades, ha puesto al alcance de la ciudadanía de Genomia una profunda reflexión que  nos retrotrae a los pensamientos engelianos sobre el origen de la familia, al decir que los hijos son libres por naturaleza, sin que sobre las criaturitas puedan ejercer sus padres el más odiado de los derechos, cual es el de la propiedad; salvo por el Estado y siempre por causas justificadas (que en todo caso lo son o lo serán). Con esta reflexión progresista y revolucionaria, ha desmentido el derecho recogido en el art.26.3 de la Declaración Universal de Derechos Humanos que dice: “Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”. Y ello porquer era ya llegada la hora de superar esa declaración impuesta sobre los pueblos por la carcundia heteropatrircal, liberal, capitaluista y, en definitiva, facha.

Los tres superhéroes progresistas: un bonito cuento infantil

Pero la lideresa progresista, Lebasi Aleec no se ha quedado en esa mera declaración sino que ha implementado un recurso pedagógico complementario consistente en publicar -con la ayuda del equipo de guardia de pedagotontos progresistas que siempre habitan el Ministerio- un boinito cuento infantil ttulado ¡Los tres superhéroes progresistas! para poder transmitir a todas las niñas y niños de Genomia los valores del progreso mediante una serie de aventuras de los tres tenores antes citados, en un remedo laico de las vidas de los santos tan usadas en el casposo catoilicismo.

En ese hermiso cuento infantil, sus protagonistas Libertad (en principio, una niña) y Fraterno (en principio, un niño) de10 añitos viajan al Nuevo Régimen Luminoso  (NURELU) para ser adoctrinados sobre los valores progresistas. Destaca en particular el capítulo en el que Libertad y Fraterno se dirigen a su profesora porgresista para denunciar las conductas reaccionarias de sus propios padres, siguiendo muchos bonitos ejemplos de las prácticas de tantos regímenes de progreso del pasado siglo XX.

 Ni que decir tiene que, dado que el cuento deberá distribuirse en todos los colegios de Genomia, el proyecto contará con una generosísima subvención del ministerio que dirige la lideresa progresista, Lebasi Aleec y se establecerá una nueva dirección general, dotada de sus altas cargas y sus altos cargos, sus correpondientes funcionarias y funcionarios y sus 666 asesoras y asesoros progresistas y progresistos.

El hemoso cuento infantil llevará un anexo de actividades extracurriculares entre las que destascará la charla amigable y dialogada de la famosa lideresa o del Consejo revolucionario de la Liga LGTBIXZKLMNOPQRST…  Tobiak Garcia (así llamada/o para expresar, al tiempo, su clara definición racial y su indefinición genérica) sobre “¿quien soy yo? ¿cual es mi género? ¿es único? ¿es múltiple? ¿es mutante?”. Esa charla y el diálogo posterior servirán para que las infantas y los infantes de Genomia -desde su tierna infancia- se cuestionen críticamente el género aparente con el que nacieron y recepaciten si están en el género adecuado y en el momento oportuno.

Bienaventuranzas progresistas

Loados sean los lideres progresistas que sorprenden la buena fe de los políticos reaccionarios quienes, creyendo que van a jugar un partido de bádminton se ven arrasados por los tres tenores que utilizan las técnicas propias del rugby ( sin la nobleza propia de este deporte ) o del muay tai  (sin árbitro).

Nota final y nuevo “aviso al navegante”: Dado que observamos dos fenómenos en la noble ciudadanía de Genomia (el miedo generalizado a discrepar del nuevo régimen en un silencio pegajoso en paralelo a la escalada de dislates y pulsiones liberticidas del Nuevo Régimen Luminoso) hemos “bajado el pistón” de exigencia y hemos abandonado las referencia a la pobre Constitución de 1978 para limitarnos a pedir respeto a los derechos de la Declaración Universal de Derechos Humanos que fue proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en París, el 10 de diciembre de 1948 en su Resolución 217 A (III); siendo conscientes que los progresistas podrán calificar -y sin duda calificarán- esto derechos humanos de entelequias liberalistas, capitalistas o, directamente, fechas. En todo caso, frente a la ofensiva de los “tres tenores progresistas” nos permitimos recordar el texto del artículo 26 de aquella Declaración que dice: “1. Toda persona tiene derecho a la educación. La educación debe ser gratuita, al menos en lo concerniente a la instrucción elemental y fundamental. La instrucción elemental será obligatoria. La instrucción técnica y profesional habrá de ser generalizada; el acceso a los estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos. 2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos, y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz. 3. Los padres tendrán derecho preferente a escoger el tipo de educación que habrá de darse a sus hijos”.